No debe ser agradable quedarse fuera de una final de la Champions League pero aún menos agradable debe ser caer eliminado por un equipo que en 180 minutos solo ha realizado tres tiros a portería y te ha marcado tres goles mientras que el resto del tiempo se ha dedicado a achicar balones en su propio área.
El Barça salió muy enchufado al partido ejerciendo una presión asfixiante al Chelsea que solamente podía encerrarse en su área y defenderse como "gato panza arriba". La primera ocasión del Barça no tardo en llegar, en el minuto 3, Messi tiró una pared con Alexis en el centro del área pero el disparo del argentino con la derecha se fue al lateral de la red. El partido se cobró su primera víctima en el minuto 7 cuando el central Cahill se fue lesionado en una jugada desafortunada. La segunda víctima no tardó en llegar cuando Valdés se llevó por delante a Pique que tras intentar aguantar tuvo que ser cambiado en el minuto 26. En el minuto 19, nuevamente Messi pero esta vez con Cesc como socio tiraron una pared en la frontal del área pero el disparo de Leo esta vez lo repelió el guardameta Cech. El Barça dominaba el encuentro pero no conseguía abrir el marcador hasta que en el minuto 35 en el rechace de un, el balón le cayó a Cuenca en banda izquierda, se fue de su marcador y puso un balón al centro del área que Busquets libre de marca mandó al fondo de las mallas para poner el 1-0 en el marcador. En el minuto 37, Terry le dio un rodillazo en la espalda de Alexis en una jugada aislada y el árbitro le expulsó por agresión. Parecía que esta acción rompería la estrategia del Chelsea pero todo siguió igual. Apenas un minuto más tarde, Messi plantó solo a Iniesta antes Cech que solo tuvo que definir fácil al palo largo del portero checo para poner el 2-0. Todo hacía indicar que el Chelsea se iría goleado del Camp Nou pero nuevamente en el descuento de la primera parte, igual que en la ida, una contra del Chelsea acabó con Ramires delante del portero que solo tuvo que superar a Valdés con una gran vaselina para poner el 2-1 con el que se llegaría al descanso que daba la clasificación del Chelsea.
La segunda parte seguía los mismos derroteros que la primera con un Chelsea encerrado en su área y el Barça en busca de un gol que le diera la clasificación. En el 48, Cesc entró por banda derecha, Drogba le derribó y el árbitro ayudado por su juez de área señalo penalti. Messi se encargó de chutar pero su disparo lo repelió el larguero ante la decepción del argentino y de todos los espectadores del Camp Nou. A partir de aquí al Barça le entraron las prisas y comenzó a empecinarse en entrar por el medio de la muralla montada por Di Matteo. En el minuto 82, Alves entró por banda derecha y puso un buen centro atrás que Alexis mandó al fondo de la portería del Cech por un fuera de juego existente de Dani Alves. El Barça continuó dominando hasta el último minuto pero no conseguía romper el muro del equipo londinense. En el tiempo de descuento, Torres recibió un despeje largo de la defensa para plantarse solo ante Valdés, regatear al guardameta y marcar a puerta vacía para meter al Chelsea en la final.
En esta ocasión el fútbol rácano y apático ha superado al fútbol bonito y vistoso. A partir de aquí cada uno puede decidir que prefiere: ¿Disfrutar del buen fútbol o ver fútbol rácano pero efectivo? Mi respuesta es evidente: Quiero fútbol de calidad
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