Ya comentábamos en algún post anterior que el Chelsea se encontraba en una mala situación tanto de resultados como de juego y el Nápoles se ha encargado de acrecentar la crisis del equipo londinense ganándole por 3-1 en el estadio de San Paolo.
El partido parecía que iba a ser muy igualado con un Chelsea decadente pero con jugadores de gran calidad y un Nápoles aguerrido y dirigido por Hamsik, Lavezzi y Cavani. El partido comenzaba bien para el Chelsea en el minuto 27 con un gol del español Juan Mata que aprovechó un horrible despeje de Paolo Cannavaro para batir en el uno contra uno a De Sanctis. El Nápoles no había aparecido en el partido en los primeros treinta minutos aunque el Chelsea tampoco estaba deslumbarando con su juego. En el minuto 36, Lavezzi controló un balón en el borde del área grande, se acomodó la bola y chutó buscando el ángulo derecho de la portería de Cech que solo pudo mirar como el empate subía al marcador. A partir de aquí el Nápoles mejoró mucho y comenzó a dominar al Chelsea. En el descuento de esta primera parte, Inler puso un centro que le paseó por el área del Chelsea sin nadie que lo despejara hasta que llegó el uruguayo Edison Cavani para introducirlo con el hombro en la portería del Chelsea y poner el 2-1 en el marcador. Con este resultado se llegó al descanso con un Nápoles crecido y un Chelsea falto de ideas.
En la segunda parte el partido seguía igual con un Nápoles dominando fácilmente a un desconocido Chelsea que por desgracia nos ha mostrado en varias ocasiones esta cara en la actual temporada. En el minuto 65 Cavani peleó con David Luiz un despeje de Campagnaro que finalmente acabó ganando y ante la mala salida de Cech solo tuvo que asistir a Lavezzi para que este pusiera el definitivo 3-1 en el marcador. El Nápoles continuó dominando y apuntó estuvo de firmar el cuarto en el minuto 90 con un chut de Hamsik que el lateral Aslhey Cole sacó bajo palos "in extremis". Este resultado deja al Nápoles en una buena situación para pasar la eliminatoria y hunde un poco más al Chelsea y a su entrenador Villas-Boas que cada día es más cuestionado en Stamford Bridge.
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