Si alguien quiere un ejemplo de juego ramplón, tosco y simple solamente habia que ver los dos partidos de esta noche de la Champions League entre Olympique de Marsella- Inter y Basilea-Bayern Munchen. En estos partidos que en principio parecían sencillos para los dos equipos grandes se complicaron y ambos salieron derrotados de sendos partidos.
El Bayern llegaba a Suiza para enfrentarse a una de las revelaciones de la presente edición de la Champions League, el Basilea que había dejado eliminado en fase de grupos al Manchester United pero aún así, el Bayern partía como claro favorito. La primera parte fue un auténtico suplicio para el público con un juego trabado y horroroso sin apenas ocasiones salvo una ocasión de Ribery para los germano y una de Dragovic para los suizos. El segundo tiempo al igual que el primero fue una auténtico aburrimiento lo que parecía indicar que el partido acabaría con el 0-0 inicial. Sin embargo, en el minuto 85, Stoker recogió un balón dentro del área para colarle el balón a Neuer entre las piernas y poner el 1-0 definitivo en el marcador.
El Inter llegaba también a Marsella como gran favorito para llevarse el partido aunque no estaba en su mejor momento de forma. El partido al igual que el anteriormente comentado fue especialmente malo con dos equipos sin una idea clara de futbol y sin un sentido táctico concreto. La primera parte podríamos borrarla porque solamente podríamos destacar una ocasión de Forlán que envió por encima de la portería de Mandanda. La segunda parte fue también bastante aburrida aunque pudimos ver un poco de alegría cada vez que el balón llegaba al extremo izquierdo del Marsella, Andre Ayew. El partido parecía que estaba abocado al empate pero Ayew sacó un disparo en el minuto 91 con el exterior de su pierna zurda que Julio César repelió a córner. De este córner llegó el gol del Olympique con un remate perfecto de Andre Ayew que superó a Julio César y deja al Inter muy tocado.
El Inter y el Bayern tendrán que remontar las eliminatorias en sus respectivos estadios pero la situación de Ranieri y Heynckes no es la más óptimas pues ambos quedan muy cuestionados en sus respectivos clubes.
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