El United comenzaba la nueva temporada en un estadio difícil ante un equipo siempre correoso como el Everton de David Moyes y los locales no tardarían demasiado en demostrárselo. Kagawa debutaba como titular en su nuevo equipo mientras Van Persie esperaba su oportunidad en el banquillo. Jelavic y Fellaini fueron un dolor de muelas durante todo el partido para la defensa red especialmente el mediapunta belga que se movía entre la línea de medios y defensas del United. Y fue precisamente Fellaini quien tuvo la primera clara del partido en una internada por banda izquierda pero el balón se estrellaba en el palo. A partir de aquí, apareció la figura de De Gea para mantener a los Red Devils en el partido. Primero fue Pienaar quien probó suerte con un disparo al palo largo, ahí apareció De Gea. Luego fue Osman quien probó suerte con un remate a bocajarro desde dentro del área pero por ahí salió una mano de De Gea y el último fue Baines con un libre directo a la escuadra derecha pero el portero español voló para despejar a córner. El United también tuvo la suya en una falta lanzada por Rooney a la que Howard respondió con una buena mano. Con el asedio de los toffes se llegó al descanso.
Con el comienzo de la segunda parte, no tardó demasiado el Everton en continuar con su asedio con un disparo de Osman desde el centro del área pero esta vez fue el larguero de la portería de De Gea quien evitaba el gol. Rooney no quería perder el partido y avisaba con un disparo desde el borde del área pero el gol del Everton estaba cada vez más cerca y como no, tuvo que ser Fellaini quien rematara el enésimo balón, que le ganaba por arriba a la zaga del United, para envíar el balón al fondo de las mallas ante la mirada del portero David De Gea. Ferguson de hartó de esperar y dio entrada a su flamante fichaje, Robin Van Persie, pero no sirvió para cambiar el partido. El holandés apenas tocó un balón en buenas condiciones para poder buscar el empate. Lejos de reaccionar, el United pudo recibir el segundo en alguna contra bien lanzada como siempre por Fellaini y Jelavic. Solamente el empuje de los últimos minutos y los balones colgados dieron alguna oportunidad a los Red Devils pero sin demasiada trascendencia.
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