El Chelsea empezaba una nueva temporada de la Premier League con la intención de olvidar el horrible campeonato que habían realizado la pasada campaña cuando ni siquiera estuvieron entre los seis primeros clasificados. No tardaron demasiado en hacerlo cuando en el minuto 2, Hazard metió un balón profundo, Torres abrió hueco e Ivanovic entró como una moto desde segunda línea para plantarse solo ante el portero del Wigan y definir fácil abajo para poner el 1-0. El Wigan no sabía como frenar el chaparrón que se le venía y todo empeoró cuando Ramis hizo un penalti absurdo sobre Hazard en el minuto 5. Lampard no desaprovechó la oportunidad de hacer el 2-0. Todo apuntaba a que el partido se había terminado en apenas cinco minutos porque el Wigan estaba muy blando en defensa y en ataque, solo las galopadas de Moses por banda derecha parecían crear un mínimo de peligro. Fue el propio Moses quien tuvo la única ocasión del Wigan con un remate de cabeza que se fue arriba mientras que el Chelsea seguía a lo suyo. Se acabaron los 45 minutos y los "Blues" se fueron al vestuario con la sensación de tener el partido ganado.
El comienzo de los segundos 45 minutos no dejó nada diferente, un Chelsea convertido en un correcalles sin una referencia clara en el centro del campo pero con una calidad y una pegada tremenda en la zona de arriba. El Wigan se dejaba ver tímidamente pero estaba muy lejos de crearle peligro a un equipo claramente superior. La segunda parte no tuvo demasiado ritmo y solamente Torres tuvo un mano a mano contra el portero que Ramis salvo sobre la misma línea de gol después de un pase magnífico entre líneas de Oscar. Precisamente el debut de Oscar fue lo único destacable en la segunda parte de un partido que se fue apagando poco a poco con el paso de los minutos con lo que el Chelsea se llevaba los tres puntos con cinco minutos demoledores en ataque pero sin un juego demasiado vistoso.
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