Llegaba el primer clásico de la temporada y el Camp Nou se vestía de gala para apoyar a su equipo con todas la fuerzas. Vilanova sacó su once de gala salvo Jordi Alba que dejó su sitio en el once a Adriano. Mourinho hizo lo propio dejando en el banquillo a Di Maria para dar entrada a Callejón. Todo apuntaba a un duelo en todo lo alto y el Barça salió a por él desde el principio. Este equipo ha recuperado esa presión asfixiante que se le conocía en la primera temporada de Pep y ayer lo volvió a dejar demostrado en los primeros 45 minutos. Los azulgranas dominaban el partido sin ninguna oposición mientras que el Madrid solamente podía meterse atrás y esperar que el gol no llegase. Messi probó suerte en dos ocasiones pero el balón se fue desvíado por poco en ambas jugadas. El Real Madrid esperaba una contra pero la defensa del Barça no permitía ningún acercamiento a la portería de Valdés. También hubo un par de jugadas polémicas en el área blanca. En la primera Alexis encará a Ramos, el central se fue al suelo y el chileno cayó pero el árbitro no pitó nada. En la segunda, Arbeloa trabó la pierna izquierda de Alexis en un lance del juego pero el colegiado ordenó que continuase la contienda. La primera parte llegó a su fin y los equipos tomaron el túnel de vestuarios.
En los segunda mitad, el partido se volvió completamente loco con un Barça que seguía dominando y un Madrid que esperaba una jugada a balón parado o una contra. En el minuto 55, los blancos tuvieron la primera en un córner botado por Özil y el balón acabó dentro de la portería de Valdés con un remate tremendo de cabeza que ponía a los merengues por delante. La alegría se desbordaba en el cuadro visitante pero duró poco porque en el mismo saque de centro, Macherano puso un balón cruzado a la espalda de Coentrao. El luso perdió la colocación por enésima vez y esto lo aprovechó Pedro para plantarse solo ante Casillas y poner el empate de nuevo. El gol espolvoreó aún más al Barça y llegaron los minutos preferidos de Iniesta. El de Fuentealbilla hizo de las suyas en el minuto 68 con un recorte dentro del área a Ramos que solo pudo derribarle. El colegiado esta vez sí señaló la pena máxima y Messi no la iba a desaprovechar para dar la ventaja al Barça. No sería la única de Iniesta porque en el minuto 77 apareció por el medio y puso un balón excepcional al hueco entre los centrales blancos por donde apareció Xavi desde segunda línea para poner el 3-1. Todo parecía encarrilado y Messi pudo hacerlo aún más en el minuto 84 pero Casillas sacó una mano descomunal. La jugada continuó y el balón acabó en los pies de Valdés que hizo una de esas que no faltan cada temporada en el repertorio del portero blaugrana. Le regaló el balón a Di María y el argentino solo tuvo que marcar a puerta vacía. El partido terminó con un 3-2 que dejaba todo abierto para la vuelta en el Bernabeu y suponía un duro castigo a un Barça claramente superior y con mayor ambición.
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