Todo apuntaba a un partido vibrante e igualada entre el Chelsea y el Atlético de Madrid. La primera característica se cumplió, la segunda no, porque por ahí andaba un tigre colombiano con demasiadas ganas de dinamitar otro partido importante. Simeone también volvió a ejercer de director de orquesta y preparó la trampa a la que el Chelsea cayó en todo momento. El Cholo quería una presión asfixiante en todo el campo y una salida rápida en cada robo de balón, sus pupilos la ejecutaron a la perfección. No se habían cumplido los tres minutos de partido y Falcao ya había estrellado en el larguero la primera pelota que recibía dentro del área pero los killers solo fallan una vez. En el siguiente contraataque, Falcao se plantó solo ante Cech y esta vez sí, con un toque sútil salvaba la salida del portero para poner a los rojiblancos por delante. El Atleti se encontraba cómodo y cada vez que robaba creaba peligro a la portería blue. Falcao olió sangre y en el minuto 19 atacó, el colombiano recibió en el área, recortó y el balón besó las mallas del Cech por segunda vez. El Chelsea era un juguete roto en manos de los madrileños y los madrileños lo volvieron a aprovechar. Arda Turan tiró una contra vertiginosa, se paró y esperó a la llegada de Falcao, que nuevamente no perdonó y puso el tercero en el casillero rojiblanco antes de que el árbitro señalase el final del primer tiempo.
Di Mateo dio entrada a Oscar en el descanso en sustitución de Ramires pero esto tenía un color rojiblanco imposible de modificar. Los de Simeone no cambiaron ningún aspecto de su fútbol en los segundos 45 minutos y esto les permitió mantener al Chelsea lejos de la portería de Courtois. Si el castigo no era lo suficientemente grande, Mirando todavía hizo el cuarto en un balón suelto dentro del área que se coló en la portería de Cech tras rebotar en el muslo de Cahill. El Chelsea solo tuvo una ocasión en todo el partido y la conviritó en gol Cahill con un disparo certero desde dentro del área tras una serie de rebotes. A tres minutos del final, Simeone retiró del campo al héroe del partido, Radamel Falcao, que se fue ovacionado por todo el estadio Louis II de Mónaco, hinchas del Chelsea incluidos. El árbitro señaló el final y la alegría se desbordó en el bando rojiblanco y las caras largas aparecieron en el Chelsea. La afición rojiblanca podrá volver a abarrotar Neptuno para recibir a sus héroes entre los que destaca un colombiano con el gol en la sangre.