No es nada nuevo que en Gijón aparezcan los problemas deportivos pero esta vez todo es demasiado extraño. El verano comenzó tranquilo tras el angustioso descenso ya que la continuidad de gran parte de la plantilla del año pasado colocaba al Sporting como principal candidato al ascenso. Manolo Sánchez tomaba el mando de una nave que no encontraba su capitán tras la marcha de Preciado. La afición pedía un entrenador de la casa y Manolo era la mejor opción tras la temporada pasada que había hecho en el filial rojiblanco. Todo parecía idílico en Mareo, quizás demasiado bonito para un equipo acostumbrado a meterse en problemas con bastante facilidad. Las sensaciones eran inmejorables y más tras los partidos de pretemporada donde el equipo había dominado a varios equipos de primera división. El primer test serio estaba ya encima y el sportinguismo se presentaba optimista de cara a la nueva temporada.
El Sporting llegaba a Soria para el primer partido liguero y con él llegaron los problemas. Mala imagen de los asturianos y derrota que hizo daño dentro del vestuario. El primer partido ante la afición tampoco ayudó a mejorar la situación con la derrota ante el Murcia. El equipo parecía uno completamente diferente al que se había mostrado en pretemporada. Manolo empezaba a estar en la cuerda floja. El resto de resultados no fueron precisamente buenos y la afición comenzó a protestar contra una directiva inerte y corrupta. La derrota ante el Barcelona B fue el golpe definitivo a la moral de la afición rojiblanca. Todo apuntaba a la destitución del técnico pero la directiva lle mantiene por no conseguir cerrar completamente la contratación de Sandoval y todo su cuerpo técnico. El partido de Copa del Rey ante el Mirandés podría ser la última vez que veamos a Manolo en el banquillo del Sporting. ¿Pero cómo se puede explicar la destutición del técnico si gana el partido de Copa? Eso deberán hacerlo José Fernández y Vega Arango. Luego la afición decidirá si está de acuerdo con dicha explicación pero los ánimos siguen estando muy calientes.
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