Hace tiempo que el Ramón de Carranza no puede ver un partido de Primera División , se tienen que conformar con ver a su equipo en Segunda División B aunque el campo se continúa tiñiendo de amarillo partido tras partido. Hubo un tiempo en que los gaditanos pudieron disfrutar de la Primera División y de la magia de un genio maldito procedente de El Salvador. Su nombre era Jorge Alberto Gónzalez pero todos le conocían por el nombre de "Mágico" Gónzalez. La grada amarilla vibraba todos los fines de semana cuando Mágico sacaba a relucir su inmensa calidad por la banda del Carranza. Era un futbolista de una calidad descomunal pero no le gustaba demasiado el compromiso con sus equipos. Los entrenamientos no eran demasiado habituales en su vida ya que su verdadero hogar eran las barras de los diferentes bares de la ciudad andaluza. Nadie se definió jamás como el mismo cuando dijo que "soy un mal profesional, soy un irresponsable pero tengo una tontería en el coco: no me gusta tomarme el fútbol como un trabajo. Si lo hiciera no sería yo. Solo juego por divertirme". Ese era el auténtico "Mágico".
"Mágico" pudo haber triunfado mucho más como jugador de fútbol pero su carácter nunca se lo permitió. El salvadoreño hizo una gira con el Barça como compañero de Maradona pero los azulgranas finalmente desestimaron su contratación. El problema fue que una noche durante la gira por Estados Unidossaltó la alarma de incendios del hotel. Todos los jugadores salieron rápido de allí pero faltaba uno. Ese era "Mágico" que estaba en su habitación con una chica. David Vidal también tuvo que sufrirle durante su estancia en Cádiz como entrenador. El gallego vivió una de las experiencias más subrealistas que se recuerdan en el mundo del fútbol cuando fue a buscar a "Mágico" a su casa ya que llevaba varios días sin aparecer por un entrenamiento. El entrenador se lo encontró en la bañera mientras su mayordomo le lavaba. Nadie pudo jamás cambiar la personalidad de "Mágico" pero puede que esa fuera precisamente su principal virtud. Era un jugador diferente de esos que siempre se recuerdan. Por eso, el Carranza nunca podró olvidar a uno de sus mayores ídolos.
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