Liverpool vivió sus años de máxima excelencia con la irrupción de The Beatles en los años 60. Los miles de fans abarrotaban las calles cada vez que aquellos cuatro jóvenes con pelo largo, trajes oscuros y corbatas estrechas se dejaban ver por la ciudad del Merseyside, pero no sería la única edad dorada de la ciudad inglesa. En los años 80, Liverpool volvería a vivir su pleno apogeo, pero esta vez sería el fútbol quien llamase la atención de sus habitantes. Gary Lineker se convertía en el gran ídolo de la afición toffee mientras Kenny Dalglish se ganaba el corazón de la hinchada red. Sin embargo, todo eso ha cambiado. El Liverpool ya no es ese equipo arrollador de las décadas de los 70 y los 80 sino que se ha convertido en un equipo destinado a luchar por entrar en los puestos de Europa League mientras el Everton tiene que tratar de reinventarse con la marcha de David Moyes a Manchester.
El Liverpool quiere recuperar su estela de grande en la Premier y Brendan Rodgers parece que es la mejor opción para conseguirlo. La segunda temporada tiene que superar las sensaciones de la primera donde el equipo acabó practicando un fútbol espectacular, pero los resultados no acompañaron como deberían. La afición red ha decidido entregarse al ex técnico del Swansea para reconducir la situación del conjunto red. Los españoles han vuelto a tomar el terreno de juego de Anfield con la llegada de Iago Aspas para poner la garra y el gol en la mediapunta y Jose Alberto para ser un puñal en la banda izquierda. La salida de Luis Suárez parece inminente por lo que desde los despachos del Liverpool han puesto la máquina a funcionar para buscar un buen delantero que supla la baja del uruguayo. Benteke es la opción preferida, pero el Tottenham también tiene el ojo puesto en el delantero del Aston Villa. Steven Gerrard sigue siendo el timón del equipo y Suso es la gran esperanza de futuro junto a Coutinho. Llegar a los puestos de Champions es la gran obsesión de esta temporada en esa orilla del Merseyside.
La otra orilla del río que cruza la ciudad de Liverpool también está tratando de asentar su nuevo proyecto tras la marcha de David Moyes rumbo a Manchester. Son once años bajo el mando del escocés con la afición de los toffees entregada, pero su predecesor no es ningún novato en la Premier. Roberto Martínez se ha ganado un puesto en la élite de los banquillos ingleses a base de trabajo y táctica en los banquillos de Swansea y Wigan. Bob es la máxima expresión del entrenador obsesionado con los conceptos tácticos y Goodison Park es una gran plaza donde demostrarlo. El entrenador español se ha rodeado de viejos conocidos en su nuevo proyecto con la llegada de Arouna Koné para darle mordiente y gol a un equipo que nunca ha destacado por el exceso de gol de sus delanteros y la más que posible incorporación del jóven Joel Robles para defender la portería como ya haría en la segunda vuelta de la pasada temporada en el Swansea. Sin embargo, el gran éxito de Bob es la cesión de Gerard Deulofeu procedente del Barça. La joven perla de La Masía llega a la ciudad de The Beatles para poner la velocidad y el desborde desde el flaco izquierdo y confirmarse como la gran estrella que ansían en Barcelona. Los viejos rockeros como Osman o Jagielka siguen formando la espina dorsal de un equipo preparada para dar guerra a cualquiera que visite Goodison Park.
Liverpool quiere recuperar las grandes luces de los años 80 y la llave queda en las manos de Roberto Martínez y Brendan Rodgers. La revolución en las orillas del Meyreside ha comenzado.
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