Madrid, 17 de mayo de 2013. Once soldados dirigidos por un general venido directamente desde La Pampa se enfrentan al imperio del capitán Mourinho. Una maldición planea sobre el ejército rojiblanco: 19 años sin ganarle un partido al Real Madrid. Esta era la ocasión perfecta para romper el maleficio. Los blancos salieron fuertes al partido con la intención de seguir minando una moral rojiblanca que llegaba por los suelos, pero esta vez Simeone tenía preparado a sus pupilos. El primer asalto fue para los de Mourinho con un córner a raíz de una pérdida en el centro del campo de Mario Suarez. Özil puso la bola en la cabeza de un Cristiano, mal defendido por Godín, que remató ajustado al palo izquierdo de Courtois para poner el 1-0. Primer asalto para el equipo blanco y parecía que la Copa no se iba a mover del Santiago Bernabeu, pero los rojiblancos de Simeone no eran los mismos que en otras ocasiones. Los rojiblancos en lugar de hundirse empezaron a gozar de sus mejores minutos con un Diego Costa revolucionando todo el frente de ataque. Esos minutos se tradujeron en el empate cuando Falcao se inventó un pase magistral desde el centro del campo para un Diego Costa que tiró una diagonal perfecta y se plantó solo ante Diego López. El brasileño no iba a perdonar y le daba el segundo asalto a los rojiblancos. El descanso llegaba con un Atlético crecido y un Madrid tocado.
Simeone aleccionó bien a sus soldados en el descanso para aguantar la ofensiva blanca que se le venía encima en los primeros minutos de esta segunda parte y los rojiblancos lo entendieron a la perfección. La marña defensiva rojiblanca impidió que los blancos se volvieran a poner por delante estrellando hasta tres vesces los balones en los palos. Courtois se erigió como el gran salvador de los rojiblancos con paradas milagrosas. El partido estaba abocado a la prórroga, donde se decidiría finalmente la batalla.
El Atlético salió más enchufado ante un Real Madrid dubitativo que no encontraba una respuesta desde el banquillo, donde Mou había desparecido hacía veinte minutos por salir a protestar una jugada. La tragedia se mascaba en el Bernabeu con una doble ocasión de Diego Costa que detenía Diego López. Era el primer aviso de un Atleti que veía que la Copa podía viajar para el Calderón. Rondaba el minuto 97 cuando Koke tiró un corner que rebotó en un defensa blanco y volvió a sus pies. El mediocentro puso un centro magistral al primer palo donde apareció imperial la cabeza de Miranda adelantándose a la salida de Diego López y poner el 1-2. La guerra se ponía de cara para los atléticos. El Madrid sacó el séptimo de caballería y trató de igualarlo con más corazón que cabeza, pero ya era tarde y los rojiblancos tenían bien asentada la formación defensiva. Cristiano perdió los nervios y se fue al vestuario antes de tiempo por darle una patada en la cara a Gabi, Di María pidió un penalti inexistente y Karanka montó un espectáculo en el área técnica porque veía que el partido se le iba. Y efectivamente se le fue, Clos Gómez pitó el final y la alegría se desbordó en el bando rojiblanco. La guerra había sido ganada y ya no existía esa maldición ante el eterno rival. La frase del tifo de los aficionados rojiblancos se había cumplido: "Vosotros domináis el mar, nosotros la capital"
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